domingo, 11 de julio de 2010

Para que me lo recuerdes.


Acá les va algo con que gastarme por el resto de mis días.

Desde el momento que pise este país, mi peor preocupación con respecto a mi cuidado personal fue la depilación. Tenía muy claro que ir a un lugar para que alguien se encargue de eso, no solo me iba a salir un ojito hermoso de mi cara, sino que por lo menos los primeros meses iba a ser un problema importante la comunicación con la encargada de la tarea. Y los entendidos del tema sabemos lo mal que te puede ir si eso pasa.

Para aquellos que no entienden. Hay muchos métodos para lograrlo, pero a mi me gusta el mas doloroso: cera depilatoria y depiladora eléctrica.

La segunda opción la tenia empacada conmigo. Pero, para aquellas damas que entienden del tema porque lo sufren, muchas veces no funciona de maravillas. Y la verdad es que la cera no duele como para no hacerlo cada quince días.

El tiempo pasaba. Yo preocupada por la temporada de pileta. Decidida fui al supermercado. Sección de belleza, ni rastros sobre depilación femenina. Moví mi trasero hacia un Drug store( que hache no es un kiosco sino una especie de farmacia con muchas más cosas para comprar). En dicho lugar busque, encontré un método no doloroso. Lo no doloroso para este tema no funciona nunca o hace que en una semana te conviertas en un mono. Encontré las famosas banditas que las frotas y te las pones y tiras y s os feliz. Las agarre con tanta felicidad que ya me parecia sospechoso. Llegué a casa, me prepare, las froté y las coloqué. Pero la mierda mas grande vino cuando tironié. Así que de felicidad un carajo, las use y me fue para el orto. Quedé toda enchastrada y terminé sacándome el intento de cera de las piernas con una esponja la cual me dejó toda roja.

Decidida a no rendirme, le pregunté a mi Host mom si ella me podía ayudar con el temita. Me indico un lugar en donde venden ese tipo de cosas. Me dirigí victoriosa y pensando que el problema estaba ya solucionado. Me bajé del auto, caminé al local.

Cuando ingresé en el mismo, la puteada mas grande y la más profunda fue a causa del vendedor. Tanta suerte iba a tener que en ese tipo de lugares, en lo cuales tenes un 90% de posibilidades que trabaje una mujer, el vendedor era un pibe que encima esta buenisimo. Dije “Hi”, me dijo “Hi”. Resumiendo le dije que iba a mirar a ver si encontraba lo que buscaba. Me dijo “OK, if you need some, I’ll be here”. Por dentro solo dije “que me parta un rayo antes de preguntarle sobre este tema”. Caminé por los pasillos del lugar a ver si veía rastros sobre cera depilatoria. No los encontré. Seguí caminando y pensando como iba a preguntarle, en inglés sobre el tema sino sabía siquiera como se decían las palabras mágicas.
Lo busqué y lo primero que le explique fue que hacia muy poquito que vivia en los Estados Unidos y que bueno, toda mujer necesita. Ahí apareció el problema, no sabía como decirle “depilarse”. Que mal me fue, tenía toda la cara como un tomate y sentía que estaba en medio de Lavalle con 42°C. Empeorando las cosas, le dije que necesitaba … y ahí vino el gesto de depilación de piernas con cara de dolor.

No solo se re cago de risa y me dijo que era muy “funny” sino que me llevo al mismo pasillo por el cual empecé. Ah bueh !! Había mil productos. Me aconsejó uno que fue el que traje a casita, con miles de cosas, para microhondas y mucho bla bla. Lo pagué, me fui avergonzada y roja.
Resumiendo. Me vendió un sistema brasilero que no funciona por el simple hecho que soy Argentina. Es todo pegajoso porque nunca se seca y tiras y no te saca nada.
Tendré que volver al mismo lugar y encontrarme con el mismo vendedor y volverle a explicar todo de nuevo. Esta vuelta espero acordarme de varias palabras claves y poder explicarle lo que quiero.
Gracias Totales !!

2 comentarios:

  1. jajajajaja me encantó este post!
    Son cosas que pasan, es la vida misma.

    Besos, Pipi!

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  2. jajaja comencé a leer tu blog, este post me dio mucha risa!! Esta genial! Salu2!

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